SI es cierta la frase "de casta le viene al galgo", estamos ante una gran escritora que tuvo la fortuna de tener esa "casta" muy cercana. La escritora estadounidense Ursula K. Le Guin (1929), hija de un eminente antropólogo y de una escritora, tuvo desde su infancia todos los estímulos intelectuales que la convertirían en una de las más laureadas autoras de ciencia ficción y fantasía. Ganadora de los premios Hugo y Nébula en repetidas ocasiones, fue galardonada en 2003 como "Gran Maestra" por la asociación de escritores en estos géneros de Estados Unidos, el mayor reconocimiento que se le puede otorgar a un autor de ciencia ficción. Aunque estos son los campos en los que es famosa, Ursula K. Le Guin también ha escrito poesía, ensayo, cuentos infantiles y diversas traducciones al inglés desde el chino y el español.
Conocí a la autora a mis 18 añitos, en plena euforia tolkiniana, a través de la trilogía de "Terramar", historias de fantasía con magos y personajes de todos tipo, pero fue con una obra de ciencia ficción de 1969, "La mano izquierda de la oscuridad" en que me sentí fascinado por la historia y su forma de narrarla. Sin embargo, no leí hasta hace unos meses la que es considerada su obra maestra "Los desposeídos" de 1974, en mi caso en la edición de bolsillo (Minotauro, 2002).
Su trama se centra en el conflicto entre dos mundos, Urras, planeta con un sistema podríamos decir de "economía de mercado" salvaje y Anarres, pequeño y desolado, donde un grupo de habitantes de Urras decidieron fundar una nueva sociedad anarquista y autogestionarse de forma completamente aislada. En éste último, aparece la figura de Shevek, físico eminente que está desarrollando una teoría capaz de cambiar la física hasta sus cimientos. En un determinado momento, decide viajar a Urras para encontrar el que cree que será el mejor entorno para desarrollar su ciencia y romper las barreras ideológicas que separan a ambos mundos.
Este argumento da pie a la autora para reflexionar sobre el mundo, las ideologías, la manipulación de las masas, el amor y muchas cosas más, siempre en el marco de una trama muy interesante y ágil. En resumen, obra que no debe faltar en la biblioteca de ningún aficionado a la ciencia ficción, y casi me atrevería a decir en la de los aficionados al humanismo en general. En concreto, en mi biblioteca, es un título imprescindible.
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