Don DeLillo es un escritor estadounidense que puede presumir de conocer a la gente de la calle, el pulso diario de los que tratan de salir adelante en circunstancias difíciles, porque lo vivió en su propia piel. Nacido en Nueva York en 1936 en el barrio del Bronx, hijo de inmigrantes italianos, conoce bien lo que es vivir en la calle. Su obra "Submundo" (1997) fue considerada uno de los mejores relatos de los últimos 25 años en Estados Unidos, y David Cronenberg llevó al cine en 2012 su obra "Cosmópolis" (2003). Se le considera una figura clave en el movimiento literario posmoderno, un gran descriptor de la vida de su país de finales del siglo XX y principios del XXI.
La obra que nos ocupa, "El ángel Esmeralda" (Seix Barral, 2014) es una recopilación de 9 relatos cortos escritos entre 1979 y 2011, sin ningún tipo de hilo conductor en sus tramas argumentales, excepto quizá el que ha caracterizado a Don DeLillo en todos sus libros; la cultura de la alienación, del miedo humano a la reflexión más interna. El estilo del autor en estos relatos permite leerlos casi como una obra única, homogénea.
La primera impresión que tuve al iniciar este libro es que no era lectura para cualquier momento o situación. Se trata de una obra para paladear en esos momentos de calma y recogimiento en que nos permitimos releer una y otra vez aquellos fragmentos que nos sobrecogen. La segunda impresión, sin ninguna duda, es la enorme calidad de este gran autor norteamericano. El relato que da título al libro es sencillamente sublime, de lo mejor que he leído en mucho tiempo. Como es lógico, algunos me gustaron más que otros, pero todos ellos sin excepción poseen una calidad literaria a mi entender realmente sobresaliente.
Como conclusión, no es desde luego un libro que recomiende como lectura de autobús, pero si se quiere disfrutar de literatura con mayúsculas en esos cada vez más escasos momentos en que nos rencontramos con el mundo (en mi caso, de noche y a solas), realmente vale la pena.
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