Graciela Montes (Buenos Aires, 1947) y Ema Wolf (Buenos Aires, 1948), ambas escritoras especializadas en literatura infantil y juvenil decidieron escribir esta novela de forma casual, cuando se reunían a tomar una cerveza en un bar llamado Marco Polo. Cuando empezaron este libro, se pusieron de acuerdo para escribir cada una un capítulo, y corregirlo juntas para darle la homogeneidad necesaria.
"El turno del escriba" (Alfaguara, 2005) fue premiada con el "Premio Alfaguara" del año 2005 que convoca anualmente la editorial. El argumento está ambientado en una prisión genovesa de finales del siglo XIII, donde Rustichello, un pisano tomado preso por los genoveses catorce años atrás, está encerrado y es utilizado por sus captores como escriba, ya que a ello se dedicaba antes de su captura. Un buen día, aparece como compañero de celda el mismísimo Marco Polo, capturado en esta ocasión en la guerra entre genoveses y venecianos. Rustichello, maravillado por los relatos de éste distinguido compañero de celda, decide escribir un libro en el que mostrará todas las maravillas que le va explicando. Con él pretende provocar la admiración de reyes y nobles europeos.
Escogí este libro porque la idea principal de la historia me resulto muy seductora. Si bien soy consciente del gran trabajo de documentación llevado a cabo en la obra, debo decir que está muy lejos de mi estilo de lectura, y me considero bastante todoterreno. El lenguaje es excesivamente farragoso, rozando en muchos momentos la prosa poética, la línea de acontecimientos es casi inexistente y hay muy poquitos diálogos. Siento decir que me ha resultado una lectura muy aburrida, que no me transmitido en ningún momento la sensación de penetrar en la trama del libro ni en sus personajes, excesivamente líricos para mi gusto, con lo que no me han resultado creíbles. No dudo de sus valores, pero personalmente, me costó acabar de leerlo.
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