John Banville (Irlanda, 1945) es uno de los grande autores actuales en lengua inglesa. Editor del The Irish Times, colabora con diversas publicaciones. Sus obras han recibido numerosos premios, y en 2011 recibió el prestigioso galardón Franz Kafka, que lo situarían en la órbita de los Nóbel. El autor también escribe novela negra bajo el seudónimo de Benjamin Black
"El libro de las pruebas" (Alfagura, 2014) es una obra del 1989 que quedó finalista del premio Booker, que finalmente ganó en 2005 con su libro "El mar". La trama principal gira alrededor de Frank Montgomery, científico retirado en una isla del Mediterráneo, que ante un hecho casi casual, contrae una deuda económica con un mafioso local. Frank se ve obligado a dejar a su mujer y a su hijo en manos de este personaje mientras regresa a su Irlanda natal para tratar de reunir la cantidad necesaria para saldar su deuda. A partir de este momento vamos a asistir a un complejo entramado de recuerdos familiares, viejos amigos, o no tan amigos, mucho alcohol y confusión que darán como resultado un rápido descenso de nuestro protagonista hacia el robo y el asesinato. La narración se realiza en estricta primera persona, y está dirigida hacia un presunto juez que debe ser quien dicte su sentencia.
No voy a ser original ni a descubrir nada nuevo si afirmo que la calidad literaria de Banville es prácticamente impecable. Su estilo de narración, lenguaje y su forma de jugar con el pulso de los acontecimientos que se van deslizando a lo largo del libro es simplemente magnífica. Pero además estamos ante un escritor capaz de narrar con mayúsculas la confusión, la caída hacia los infiernos de alguien, en principio muy normal, y que acaba destapando unos sentimientos tan contradictorios como la maldad o la locura. Frank puede parecer en determinados momentos un psicópata, y en otros simplemente una víctima de los acontecimientos. Pero en ambos casos, la caracterización del autor es perfectamente creíble. Estamos ante literatura en mayúsculas. Un gran libro, sin ninguna duda.
No voy a ser original ni a descubrir nada nuevo si afirmo que la calidad literaria de Banville es prácticamente impecable. Su estilo de narración, lenguaje y su forma de jugar con el pulso de los acontecimientos que se van deslizando a lo largo del libro es simplemente magnífica. Pero además estamos ante un escritor capaz de narrar con mayúsculas la confusión, la caída hacia los infiernos de alguien, en principio muy normal, y que acaba destapando unos sentimientos tan contradictorios como la maldad o la locura. Frank puede parecer en determinados momentos un psicópata, y en otros simplemente una víctima de los acontecimientos. Pero en ambos casos, la caracterización del autor es perfectamente creíble. Estamos ante literatura en mayúsculas. Un gran libro, sin ninguna duda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario