miércoles, 6 de mayo de 2015

Kafka en la orilla - Haruki Murakami

     Hablar de  Haruki Murakami (Japón, 1949) es hablar de excelente literatura, sin lugar a dudas. Escritor y traductor japonés, firme candidato al Nóbel y ganador del prestigioso Franz Kafka, quizá por el hecho de que nadie es profeta en su tierra, Murakami ha sido criticado en su Japón natal mientras era ensalzado en otros países por la crítica y el público. En sus novelas se dibuja una delgada línea entre la fantasía y la realidad, que les confiere un cierto hálito metafísico.

     "Kafka en la orilla" (Tusquets, 2002) es una de esas obras en que se respira ese ambiente de soledad e intimismo que caracteriza a su autor. También lo inexplicable y lo sobrenatural aparecen de forma importante, y no todo se explica ni encaja perfectamente al acabar la novela. Pero no es necesario, el relato unido a la maestría expresiva del autor consiguen que un libro de más de 700 páginas enganche desde el principio mediante una lectura muy ágil.

     En la novela encontramos dos relatos que corren paralelos a lo largo del libro hasta cruzarse  en los últimos capítulos. Por un lado, la historia de Kafka Tamura, que con 15 años recién cumplidos huye de su casa para alejarse de su padre y del ambiente de su ciudad natal. Inteligente y con buena apariencia, se acabará relacionando con otros dos personajes muy importantes en la trama, Oshima y la señora Saeki, conviviendo juntos en una curiosa biblioteca privada. Por otra parte, conoceremos a Satoru Nakata, hombre de alrededor de 60 años, con una cierta discapacidad psíquica, que irradia una gran atracción positiva hacia todo aquel que le conoce, además de poseer la capacidad de hablar con los gatos. Con él se cruzará un joven camionero, y esta relación cambiará la vida de ambos. Las historias de Kafka y Nakata están ligadas de alguna manera, aunque no conoceremos esa relación hasta el final de la obra.

     Se trata de una novela fascinante, que mezcla las sensaciones de irrealidad y magia con hechos absolutamente cotidianos. A pesar de la profundidad de muchos de los pensamientos que expresa en sus páginas, su lectura es muy ágil y adictiva. He disfrutado de su lectura de principio a fin. Para mí, sin dudarlo, una excelente obra.

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