Desde hace algún tiempo, revisando las novedades editoriales que van apareciendo en las librerías, me sorprende la cantidad de obras de novela negra que se publican. Al referir la cuestión en mi librería de confianza, me comentan que a veces tienen dificultades para poner libros de otras temáticas en los escaparates de nuevas ediciones. Según ellos, los lectores de novela negra son especialmente fieles, con lo que estas novelas despegan en las listas de libros más vendidos con mayor rapidez que otras. Sin embargo, la calidad de la autora a la que voy a referirme es muy difícil de encontrar. Ésta es la segunda obra que reseño de Fred Vargas, e invito a cualquiera que quiera leer una buena novela a acompañarme.
Fred Vargas (París, 1957), seudónimo de la escritora francesa Frédérique Audoin-Rouzeau empezó a escribir novelas policíacas por pura diversión, casi por casualidad. Especialista en arqueología zoológica e historiadora, cuenta con publicaciones importantes en estas áreas. Su pasión por la novela negra le llevó a plasmar su genio en una serie de personajes que hoy se han convertido casi en referencia en el mundo de la novela policíaca francesa.
"La tercera virgen" (Siruela, 2008) nos muestra en toda su plenitud al perfil estrella de la autora, el comisario Adamsberg. Se trata de un personaje enormemente peculiar, flemático, que sigue sus impulsos y nunca la mera lógica deductiva, desquiciante para muchos de los que le rodean y de comportamiento anárquico. En esta ocasión, en compañía de su equipo habitual, investigará la aparición de dos cadáveres que han aparecido degollados, y sin relación aparente entre ellos, aparte de ser considerados por los "estupas", con quien Adamsberg no simpatiza, como meros traficantes muertos en ajustes de cuentas. Una serie de indicios harán sospechar al comisario de que las cosas no son como parecen. La entrada en la historia del espectro de una monja asesina, la huída de la cárcel de una enfermera que resultó ser una "ángel de la muerte", la profanación de la tumba de una mujer sin motivo aparente y la aparición de un viejo fantasma del pasado de Adamsberg conforman una historia tremendamente adictiva en que nada es lo que parece, y cuyo desenlace me resultó francamente sorprendente.
Como ya indiqué en la anterior reseña, se trata a mi entender de una excelente novela, siendo o no aficionado a esta temática. Los personajes son fascinantes, la historia muy seductora, y no peca en absoluto de ser previsible. Leer a Fred Vargas, al menos hasta el momento, es para mí ir sobre seguro.
Fred Vargas (París, 1957), seudónimo de la escritora francesa Frédérique Audoin-Rouzeau empezó a escribir novelas policíacas por pura diversión, casi por casualidad. Especialista en arqueología zoológica e historiadora, cuenta con publicaciones importantes en estas áreas. Su pasión por la novela negra le llevó a plasmar su genio en una serie de personajes que hoy se han convertido casi en referencia en el mundo de la novela policíaca francesa.
"La tercera virgen" (Siruela, 2008) nos muestra en toda su plenitud al perfil estrella de la autora, el comisario Adamsberg. Se trata de un personaje enormemente peculiar, flemático, que sigue sus impulsos y nunca la mera lógica deductiva, desquiciante para muchos de los que le rodean y de comportamiento anárquico. En esta ocasión, en compañía de su equipo habitual, investigará la aparición de dos cadáveres que han aparecido degollados, y sin relación aparente entre ellos, aparte de ser considerados por los "estupas", con quien Adamsberg no simpatiza, como meros traficantes muertos en ajustes de cuentas. Una serie de indicios harán sospechar al comisario de que las cosas no son como parecen. La entrada en la historia del espectro de una monja asesina, la huída de la cárcel de una enfermera que resultó ser una "ángel de la muerte", la profanación de la tumba de una mujer sin motivo aparente y la aparición de un viejo fantasma del pasado de Adamsberg conforman una historia tremendamente adictiva en que nada es lo que parece, y cuyo desenlace me resultó francamente sorprendente.
Como ya indiqué en la anterior reseña, se trata a mi entender de una excelente novela, siendo o no aficionado a esta temática. Los personajes son fascinantes, la historia muy seductora, y no peca en absoluto de ser previsible. Leer a Fred Vargas, al menos hasta el momento, es para mí ir sobre seguro.
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