Juan Villoro Ruiz (Ciudad de México, 1956) es uno de esos fenómenos de intensa actividad escritora que encontramos de vez en cuando en la literatura. Escritor, periodista, guionista de radio y televisión, profesor universitario, agregado cultural en la embajada mexicana en Berlín, cronista deportivo... Villoro ha tocado muchas teclas distintas, y actualmente es considerado en su país como un referente del mundo cultural. Estudió Sociología y Literatura en la universidad autónoma de DF, y ha impartido clases como profesor invitado en Yale, Boston, Pompeu Fabra y Princenton. Vivió en Barcelona y en Berlín durante varios años de su dilatada y polifacética carrera, aunque siempre se ha definido como un arquetipo del mexicano medio, con sus virtudes y defectos, pero con toda su idiosincrasia. Buen aficionado al rock, incluso compuso dos temas que fueron interpretados por el grupo Café Tacuba para la banda sonora de la película "Vivir mata", de Nicolás Echeverría.
"¿Hay vida en la Tierra?" (Anagrama, 2014) es una recopilación de 100 columnas periodísticas, escritas entre 1995 y 2012 en diferentes publicaciones, que tratan de muy diversos temas. En casi todos ellos, Villoro trata de plasmar mediante una prosa impecable, inteligente y divertida, una serie de reflexiones sobre hechos cotidianos que, en muchos casos, se basan en vivencias propias del escritor. Su familia, sus amigos más cercanos, anécdotas sobre sus viajes, el carácter típico mexicano o, simplemente, cualquier situación que se haya dado a su alrededor le ha servido al autor para componer estos pequeños escritos, llenos de agudeza, algunos hilarantes, otros con mucho más trasfondo del que una lectura rápida alcanza a ver, pero en su mayor parte muy divertidos e ingeniosos. Como el propio autor indica en el prólogo de la obra, "No he querido construir cuentos sino buscarlos en la vida que pasa como un rumor de fondo".
En muchas ocasiones, en el formato de columna periodística la necesidad de ser o parecer ingenioso marca el estilo de lo que se está contando y de cómo se está contando. Este es uno de esos casos en que el ingenio surge como algo natural, no forzado por la necesidad de ser gracioso o de mostrar una profundidad artificial. Juan Villoro está curtido en muchas guerras de expresión literaria, y su prosa es concreta, elegante y ágil. Su forma de narrar algunas de las situaciones que nos cuenta en sus historias me ha hecho arrancar un buen número de carcajadas a lo largo del libro, y algunas historias han provocado también que reflexionara sobre las situaciones expuestas. Sin duda, un lector mexicano paladeará con mayor profundidad una parte de la obra, dado que expone de manera explícita el carácter, prejuicios y tradiciones de su país. Sin embargo, se trata de una lectura interesante y divertida que recomiendo a cualquiera que le guste disfrutar de una buena prosa escrita por un excelente escritor
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